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TRES TIPOS |
Raqueta de tenis: De forma simétrica y ovalada alargada, con mango o cola que nos ayuda a levantar la punta del pie por contrapeso. Fueron los primeros modelos que se comercializaron.
Ovalada y disimétrica: Ensanchada hacia el exterior. Tiene buena base de sustentación pero no funciona bien en nieve costra.
Forma de avispa: La más polivalente y la que más difusión está teniendo
El sistema de fijación
Es el responsable de la unión entre bota y raqueta.
En el siguiente apartado se describen algunas de ellas, pero hemos de señalar que; independientemente del sistema que se utilice, es de suma importancia que la sujeción de la bota a la raqueta sea firme, que la transmisión sea lo más directa posible. Esto es especialmente importante en los flanqueos (recorridos perpendiculares a la pendiente) donde la presión lateral que se ejerce hace que muchos sistemas cedan y la bota se desencaje de la raqueta.
En función del sistema de fijación:
- Por correa, el método usado tradicionalmente. Con este sistema la bota va directamente unida a la carcasa, sin posibilidad de movimiento del talón, lo que dificulta el paso. Se camina como un pato. Se puede afirmar que en la actualidad ya no se emplea este sistema
- Por correas sobre plantilla rígida que libera el talón de la carcasa. Se adaptan a cualquier bota y facilitan el movimiento. Por poder adaptarse a cualquier bota es el tipo de fijación ideal para su empleo por empresas de aventura. De hecho nosotros, al trabajar con jóvenes, las hemos llegado a utilizar con unas playeras.
- Automática: Requiere de botas preparadas para crampones automáticos.
- Para carreras: Exigen un calzado especial.
Elementos auxiliares
Los bastones, elemento imprescindible cuando utilizamos las raquetas. Son el punto de apoyo que nos ayuda a mantener el equilibrio en todo momento, y en los ascensos descargan algo de peso a las piernas.
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